¡Feminismos! Eslabones fuertes del cambio social
Index del dossier
- Introducción
- Globalización neoliberal: la sombra de los complejos militaro-industriales sobre las "mujeres globales"
- Entrecruzar neoliberalismo y violencia o cómo analizar el pensamiento feminista
- El campamento por la paz "sólo para mujeres" de Greenham Common
- Invertir en la solidaridad, no en la guerra
- Feminismo y libertad: la lucha de las mujeres saharauis
- El Afrofeminismo en práctica
- Mujer, negra, la doble lucha de las estudiantes sudafricanas
- Palestinas: ¿Cuáles son los desafíos de las luchas?
- Feminismo radical y democracia directa en el Kurdistán sirio
- India: mujeres al centro del cambio social
- Frente al capitalismo heteropatriarcal y devastador de la naturaleza, Ecofeminismo crítico
- Las mujeres africanas se enfrentan al extractivismo
- Palabra Radio: “El aire es libre y la palabra es nuestra”
- Una mirada masculina sobre el feminismo
- Los derechos de las mujeres, ¿una conquista frágil?
- El rol de las lesbianas en los combates feministas
- Cómo la deuda refuerza la opresión de las mujeres?
- Un repaso sobre las desigualdades sociales y profesionales entre mujeres y hombres
- Neda Abu-Zant, sindicalista y feminista
- Túnez: el rol de las mujeres en la construcción democrática
- Ley de paridad en Senegal: una experiencia "exitosa" en las luchas feministas
- Ciberfeminismos 2.017...
- El lugar de las mujeres en la India
- RDC: luchar contra la violencia sexual en tiempos de guerra
- América Latina: la reinvención del feminismo como respuesta a la violencia machista
- La Ley María da Penha, 10 años después
- Harassmap, una herramienta de asistencia a las víctimas de agresiones
- El masculinismo de Estado reforzando el patriarcado
- Extrema derecha: instrumentalización de los derechos de la mujer y del acceso al poder
- La gran marcha de las Polacas
- Interrupción Voluntaria del Embarazo: un derecho por conquistar
- Entre Mujeres
- La historia no puede borrarse como una página web
- Las luchas feministas: una batalla permanente
Neda Abu-Zant, sindicalista y feminista
Retrato de Neda Abu-Zant, militante apasionada y llena de vida. Neda es la primera mujer en ser elegida en el Sindicato Palestino de Transportes y se propuso como voluntaria para coordinar la Red de Mujeres Árabes.
"La mujer palestina tiene la valentía de estar de pie frente a la ocupación israelí y a la sociedad masculina. Pero si le damos oportunidades, será un modelo para todas las mujeres del mundo." En dos frases, Neda Abu-Zant ha resumido su razón de ser, su manera de ver el mundo, el sentido de sus combates. ¿Militante? Por supuesto que esta mujer de 36 años lo es. Pero lo que llama la atención a primera vista, ante todo, es su mirada clara y generosa, su humor, su alegría, su sentido de la convivencia y de la hospitalidad.
Solidaria con la lucha de todo su pueblo, no se olvida, sin embargo, de denunciar "la sociedad masculina" en la que vive. Esta cultura que "ubica a los hombres y a las mujeres en roles diferentes" hasta encerrar a estas últimas "en el hogar". Pero Neda, que afirma "creer en la igualdad de los hombres y de las mujeres para acceder al empleo y ejercer responsabilidades", no olvida el rol desempeñado por las mujeres en la transmisión y perpetuación de una cultura patriarcal. "¡Somos madres, muchas de nosotras somos maestras… la educación en su mayoría está en nuestras manos! Entonces, ¿por qué algunas siguen diciéndoles a los niños que no lloren ’porque los hombres no lloran’?"
Ella estima que muchas mujeres, incluso con educación, no son conscientes de sus derechos y no buscan hacerlos respetar. De esta manera, algunas no reivindican su parte de su herencia "mientras que la desigualdad en el reparto de la herencia es algo ilegal". Otras no se dan cuenta de que sufren violencias anormales en esta sociedad donde "el 30 % de las mujeres son víctimas de violencia por parte de su marido" y donde "una mujer puede morir si ha tenido relaciones amorosas y sexuales fuera del matrimonio". Neda se ha involucrado con la Asociación de Defensa de las Familias, que acoge mujeres víctimas de violencia, junto a un equipo de trabajadoras y trabajadores sociales, de psicólogo-as y de abogado-as, para "romper el muro del silencio".
En Palestina, la desigualdad sigue siendo la norma a pesar de no estar escrita en la ley. "Ser una mujer divorciada es muy difícil aquí", admite Neda quien reconoce la valentía de su colega y amiga Basma Al Battat, miembro del consejo ejecutivo de la Palestinian General Federation of Trade Unions (PGFTU), quien no dudó en divorciarse. Incluso se supone que una viuda "tiene que encerrarse en su casa y no ver a nadie durante cuatro meses" mientras que un hombre puede casarse ¡hasta dos veces después de la muerte de su esposa! Pero Neda, después del fallecimiento de su marido, se liberó a sí misma de estas obligaciones: "¡La sociedad es lo que decidimos hacer de ella! Sólo podemos hacer las cosas paso a paso, pero hay que empezar por la familia, ya que es la célula de base de la sociedad."
La ocupación israelí no hace las cosas más fáciles, sobre todo para las mujeres. "Algunas veces, nos quedamos días y días sin poder salir de nuestra casa", como ocurrió durante la segunda intifada, particularmente violenta en Nablus. Y esta guerra multiplica los traumas que propician la perpetuación de la violencia masculina: "cuando un niño ve cómo matan a su padre, ¿cómo pretendes que él no se vuelva violento?"
Neda fue la primera mujer electa en el comité ejecutivo del Sindicato Nacional de Transporte, un sector de actividad donde los hombres, conductores de autobuses principalmente, son la mayoría. "Si se quieren cambiar las cosas en nuestra sociedad, el transporte es algo esencial, porque todo el mundo se mueve gracias a los conductores. Un conductor inteligente y educado puede formar a la gente a su alrededor" afirma Neda. Y añade, sin fanfarronadas, que su elección representa "el principio de un gran cambio" en la sociedad y en el mundo del trabajo en Palestina.
Luego de la segunda intifada, los años 2002-2003 han sido un desastre para la economía palestina, y principalmente para los transportes, porque se suprimieron muchas líneas. En 2004, Neda buscó nuevos métodos para organizar los sindicatos. Al año siguiente, mientras trabajaba como secretaria en una empresa de autobuses, se presentó a las elecciones sindicales. "Como había ayudado a los conductores a hacer una huelga que les permitió obtener un aumento de salario, ¡votaron por mí sin dudarlo! Hay que decir que es un sector que funciona de forma bastante democrática." A partir de este momento empezó a buscar un proyecto para desarrollar y conoció a los iniciadores del Swedish Project, con apoyo del gobierno sueco. Con su ayuda, puso en marcha un programa de formación y concientización de los-as trabajadores-as, en cinco ciudades de Cisjordania, con el objetivo de que haya más sindicalistas.
En el otoño del 2012, ayudó en la organización de una nueva huelga, en el sector de los autobuses, de los taxis y taxis colectivos, para protestar contra la subida del precio de los carburantes y de los productos de base mientras los salarios no aumentaban. "La huelga paralizó las grandes ciudades, el gobierno aceptó negociar, y redujo el precio de la gasolina pero demasiado poco para nuestro gusto", comenta Neda.
El Swedish Project, del que ahora Neda es la coordinadora, fue un éxito, y sobre todo ha permitido a más mujeres entrar y asumir responsabilidades en los sindicatos. Cuando nació la Red de Mujeres Árabes (AWN, por sus siglas en inglés), impulsada por la Confederación Internacional de los Sindicatos, vio en ello la continuación de su propia acción y se propuso como voluntaria para participar en las reuniones internacionales. "La idea me parecía interesante, pero, a partir de la segunda reunión, se habló sobre todo de las revoluciones árabes. Hace 60 años que estamos bajo ocupación, y no esperamos gran cosa de las revoluciones árabes. ¡Aquí, la primavera, sería sobre todo para expulsar a Israel y a Hamas!"
No tiene ninguna simpatía por los islamistas, a quienes combate firmemente. Pero sabe mostrarse solidaria con ellos según el momento. Esa misma tarde, después de la entrevista, fue a saludar a uno, recién liberado de las cárceles israelíes tras 168 días de huelga de hambre. "Luchamos ideológicamente en contra de ellos, pero les damos nuestra solidaridad cuando son víctimas de la represión israelí."
Como tantas otras palestinas, Neda lucha por la vida.
